¿Objetivos de calidad de agua o límites máximos en vertimientos?

Según el profesor von Sperling (2007): “En términos de control de la contaminación, el verdadero objetivo es la preservación de la calidad de los cuerpos de agua. Los estándares de descarga existen solo por razones prácticas (y justificables). Sin embargo, los estándares de descarga deben ser compatibles con los estándares de calidad del agua, suponiendo una cierta capacidad de dilución o asimilación de los cuerpos de agua.”

Si el estándar en la descarga depende de la capacidad de autodepuración de cada cuerpo hídrico (río, lago, etc.), ¿por qué en países como Colombia tenemos un estándar en la descarga único para todo el país (Resolución 0631/2015)? Algunos dirán que este estándar en la descarga aplica cuando no hay objetivos de calidad de agua o estos sean más laxos. Ante esta posición, tres cuidados en especial deben tenerse en cuenta:

Primer cuidado

¿El estándar en vertimiento que se tiene está en términos de concentración o de carga? En Colombia, con la Resolución 0631/2015, se tienen límites en términos de concentración; lo cual es totalmente inadecuado por cuanto un vertimiento diluido podría cumplir el estándar. Incluso, desincentiva el uso eficiente del agua y la producción más limpia, por cuanto aplicando estas estrategias se suele bajar los consumos de agua y cargas vertidas, pero usualmente con altas concentraciones. Ambientalmente, lo que se quiere es reducir carga, NO concentración. Carga = caudal x concentración, por tanto, una misma carga con más caudal se diluye y disminuye su concentración (pero estoy vertiendo la misma carga). Veamos un ejemplo con el beneficio de café pergamino seco (cps) en Colombia, según una publicación de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia (Rodríguez et al., 2015):

Tipo de beneficiaderoDBO5
(kg/12,5 kg de cps)
Consumo de agua
(L/kg de cps)
DBO5
(mg/L)
Convencional 43,5050 (entre 40 y 50)5744
Ecológico 31,0310 (menor de 10)8240
Nota: La concentración en la columna 4 es estimada a partir de la carga y consumo presentados en las columnas 2 y 3. Ejemplo de cálculo para el beneficio “Convencional 4”: (3,5 kg DBO5 / 12,5 kg de cps) / (50 L / 1 kg cps) x (1000000 mg / 1 kg) = 5744 mg DBO5/L.

Aunque ninguno de estos tipos de beneficiaderos cumple con el límite máximo de la 0631/2015, lo que se quiere mostrar es que una tecnología menos limpia como la Convencional 4 tiene una menor concentración que la Ecológica 3; a pesar que esta última genera menos contaminación (carga) por kilogramo de cps y consume menos agua. Por tanto, el control debe estar en términos de carga. Otro ejemplo más gráfico puede ser revisado en el vídeo en YouTube: Vertimientos: estándar en carga, no en concentración.

Segundo cuidado

Es difícil, si no inviable, utilizar un estándar de vertimiento más estricto (el nacional) que el resultante de un ejercicio de definición de objetivos de calidad de agua. Recordemos un poco cómo se obtiene el estándar en vertimientos a partir de un ejercicio de definición de objetivos de calidad de agua (leer de izquierda a derecha. La flecha leerla como “implica”):

Figura 1. Enfoque tradicional para definición de objetivos de calidad de agua

Como muestra la Figura 1, los usos del agua deseados implican una calidad de agua en el cuerpo de agua (para usar el agua de manera segura). Estos objetivos de calidad implican una metas de carga máximas que puede recibir el cuerpo de agua (en función de su capacidad de autodepuración). A su vez estas metas de carga implican unas medidas a cada generador de vertimiento (si superan la meta). Finalmente, estas medidas en los usuarios se evalúan y priorizan en función de criterios de sostenibilidad (viable financieramente, aceptado socio-políticamente, amigable con el ambiente o alcanza la calidad para los usos deseados). Este último paso, el de evaluación y priorización podría implicar cambiar los objetivos de calidad y usos asociados; por ejemplo, si las medidas son tan costosas que nos son viables. Lo que se quiere resaltar es que los estándares en vertimientos resultantes de un proceso de definición de objetivos ha considerado la sostenibilidad de los mismos. Por tanto, usar unos estándares “más estrictos” sería una sentencia al fracaso.

Tercer cuidado

Es triste ver como se usan todos los instrumentos para argumentar la necesidad de más Plantas de Tratamiento de Agua Residual (PTARs), incluso, mal utilizadas: es bien sabido que aguas residuales diluidas NO favorecen el funcionamiento de las PTARs (y esta dilución es la que se podría promover con estándares en vertimientos en términos de concentración, como la 0631/2015 en Colombia). Asimismo, ya es usual escuchar “necesitamos hacer el Plan de Ordenamiento de Recursos Hídricos (PORH) para poder hacer las PTARs”. Entonces, ¿para qué se hace un plan si ya se tienen definidas las medidas? . Esto mismo sucede con todos los instrumentos: Permiso de Vertimiento (PV), Plan de Saneamiento y Manejo de Vertimientos (PSMV); Metas de carga, Tasa Retributiva, etc. Todos se focalizan a construir PTARs y reducir puntos de vertimientos (ampliar y conectar el alcantarillado). 

¿Y por qué estamos casados con las “soluciones al final del tubo”, el alcantarillado y las PTARs, cuando esta estrategia no ha alcanzado los resultados esperados? 

Si bien el tratamiento puede ser una solución, esta no es la única y no debe aplicarse de manera aislada de otras estrategias. Citando una publicación de la Organización Mundial de la Salud (Helmer & Hespanhol, 1997):

Prevenir la contaminación en lugar de tratar los síntomas de la contaminación. La experiencia pasada ha demostrado que las acciones correctivas para limpiar sitios y cuerpos de agua contaminados son generalmente mucho más costosas que aplicar medidas para evitar que ocurra la contaminación. Aunque se han instalado y mejorado instalaciones de tratamiento de aguas residuales a lo largo de los años en muchos países, la contaminación del agua sigue siendo un problema, incluso en los países industrializados. En algunas situaciones, la introducción de un tratamiento mejorado de aguas residuales solo ha llevado a una mayor contaminación de otros medios, como los lodos de aguas residuales. El enfoque más lógico es evitar la producción de desechos que requieren tratamiento. Por lo tanto, los enfoques para el control de la contaminación del agua que se centran en la minimización de las aguas residuales, el refinamiento en la planta de las materias primas y los procesos de producción, el reciclaje de los productos de desecho, etc., deben tener prioridad sobre los tratamientos tradicionales al final del proceso.

Y hay muchas más razones del porqué no debemos seguir focalizando todos nuestros esfuerzos en “soluciones al final del tubo”. Algunas de estas razones las puedes ver en el vídeo en YouTube “Apertura a “La modelación” y su rol en la Gestión de calidad de agua”, a partir del tiempo 8:28. Los científicos y la respectiva evidencia nos dicen que debemos cambiar de estrategia:

Figura 2. Estrategia de los tres pasos
Fuente: Nhapi & Gijzen (2005)

La explicación de esta estrategia y validada para la Cuenca Alta del Río Cauca en Colombia puede ser vista en el “Webinar: Gestión de Aguas Residuales y Control de la Contaminación del Agua – Instituto CINARA”, a partir del tiempo 45:36.

A manera de conclusión

Los límites máximos permisibles en vertimientos deberían ser particulares para cada cuenca y en función de (1) posibilidades tecnológicas y económicas, (2) usos que se le quieren dar al agua, (3) el efecto de los otros usuarios en la cuenca, y (4) la variación del caudal en el cuerpo de agua. Es decir, deben ser el resultado de un proceso de definición de objetivos de calidad de agua.

¿Y qué hacemos en dónde NO hay objetivos de calidad de agua establecidos? Pienso que podríamos:

Primero, cumplir límites máximos permisibles exclusivamente en función de (1) posibilidades tecnológicas y económicas. De tal manera que se fomente la producción más limpia y NO promover la dilución de vertimientos. Por tanto, límites en términos de carga y no de concentración. Tampoco en términos de remoción, sino de carga por unidad productiva. Es decir, establecer módulos de consumo y carga por cada actividad productiva PROPIOS para cada región.

Segundo, y con más tiempo, establecer los objetivos de calidad de agua, que incluiría los criterios faltantes: (2) usos que se le quieren dar al agua, (3) el efecto de los otros usuarios en la cuenca, y (4) la variación del caudal en el cuerpo de agua.

Vale resaltar que este ejercicio de evaluar (y hasta buscar a través de la investigación) las mejores opciones tecnológicas, con menores consumos y menores descargas por unidad productiva, ya lo han hecho varios sectores. Un ejemplo bastante difundido es en el beneficio de café en Colombia, donde se han estimado consumos y cargas para varios tipos de tecnologías propias para la región. Esto puede encontrarse en la publicación “Beneficio del café en Colombia: Prácticas y estrategias para el ahorro, uso eficiente del agua y el control de la contaminación hídrica en el proceso de beneficio húmedo del café” por Rodríguez et al., (2015). Otro ejemplo, menos difundido, es el sector doméstico, y corresponde al caso de la Cuenca Alta del Río Cauca mencionado anteriormente (“Webinar: Gestión de Aguas Residuales y Control de la Contaminación del Agua – Instituto CINARA”, a partir del tiempo 45:36).

Invitaciones al lector (en especial a funcionarios de autoridades ambientales)

  • Opina: Escríbenos en la zona de comentarios (parte inferior) lo que opinas de este artículo, por ejemplo, ¿desde tu organización han podido salirse de las “soluciones al final del tubo”, por ejemplo, reusar? ¿Cómo han superado las barreras para aplicar estas otras estrategias?
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Un abrazo virtual a todos y esperamos que nos re-encontremos pronto.

Referencias

Helmer, R., & Hespanhol, I. (1997). Water pollution control: a guide to use of water quality management principles. United Nations Environmental Programme, Water Supply & Sanitation Collaborative Council and World Health Organization.

Nhapi, I., & Gijzen, H. J. (2005). A 3-step strategic approach to sustainable wastewater management. Water SA, 31(1), 133–140.

Rodríguez, N., Sanz, J., Oliveros, C., & Ramírez, C. (2015). Beneficio del café en Colombia: Prácticas y estrategias para el ahorro, uso eficiente del agua y el control de la contaminación hídrica en el proceso de beneficio húmedo del café.

von Sperling, M. (2007). Wastewater Characteristics, Treatment and Disposal. IWA Publishing. https://doi.org/10.2166/9781780402086

Juan Gabriel Urrego Zuluaga
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[…] Tal como lo sugiere la guía del MADS, es adecuado que cuando haya modelo regional debe ser la autoridad ambiental quien determine si el río tiene o no la capacidad de asimilación para recibir ciertos vertimientos por los usuarios. Sin embargo, cuando no lo haya, creemos que deben buscarse otras alternativas diferentes a solicitarle al usuario que realice un estudio de modelación con las características antes descritas. A nivel nacional aún no hay consenso sobre cuál alternativa aplicar para la evaluación del vertimiento. Algunos técnicos defienden la evaluación con límites máximos en vertimientos (Resolución 0631/2015) y otros por un cambio hacía límites en términos de módulos de consumo y carga, tal como se describe en el artículo de opinión “¿Objetivos de calidad de agua o límites máximos en vertimientos?”: […]